Cuando decidimos tener un hijo o una hija, lo deseamos perfecto. Lo primero que hice después de despertar de la anestesia fue ir a la cunita de mi hijo para ver si le faltaba algo.
Sus pies, sus manos...Su cara. "Su rostro era normal-pensé...-No le falta nada! Es perfecto! Que pelo tan negro y tan bonito ¿Qué le pasa en el ojito?"
Los fórceps le habían hecho daño en el ojo derecho y tenía una herida.
Tambaleándome llamé a la enfermera para preguntar por "Ese defecto" y amablemente me explicó que no era nada, que desaparecería con el tiempo.
Mi hijo había nacido y crecido perfecto.
En ese sentido era felíz; pero ayer, cuando estuve con estos chavales me di cuenta de que la perfección está en los ojos de los que miramos y de que sufrimos ceguera del alma si no vemos lo que hay detrás de cada sonrisa. De cada uno de ellos.
Su amor, su cariño... Sus inmensas ganas de aprender no los diferencian de nadie. No son diferentes, sino distintos en rasgos a nosotros.
Ellos aman con total naturalidad y sienten dolor cuando son rechazados.
No me di cuenta de quien era yo hasta que no recibí un abrazo desde la sinceridad y el amor incondicional de Felipe o el beso sonoro de Mª José.
Nunca me sentí tan llena hasta que no conocí a los chicos del Luis Braille y a éstos de ASEDOWN.
Gracias.
Sus pies, sus manos...Su cara. "Su rostro era normal-pensé...-No le falta nada! Es perfecto! Que pelo tan negro y tan bonito ¿Qué le pasa en el ojito?"
Los fórceps le habían hecho daño en el ojo derecho y tenía una herida.
Tambaleándome llamé a la enfermera para preguntar por "Ese defecto" y amablemente me explicó que no era nada, que desaparecería con el tiempo.
Mi hijo había nacido y crecido perfecto.
En ese sentido era felíz; pero ayer, cuando estuve con estos chavales me di cuenta de que la perfección está en los ojos de los que miramos y de que sufrimos ceguera del alma si no vemos lo que hay detrás de cada sonrisa. De cada uno de ellos.
Su amor, su cariño... Sus inmensas ganas de aprender no los diferencian de nadie. No son diferentes, sino distintos en rasgos a nosotros.
Ellos aman con total naturalidad y sienten dolor cuando son rechazados.
No me di cuenta de quien era yo hasta que no recibí un abrazo desde la sinceridad y el amor incondicional de Felipe o el beso sonoro de Mª José.
Nunca me sentí tan llena hasta que no conocí a los chicos del Luis Braille y a éstos de ASEDOWN.
Gracias.